Lo primero que he hecho cuando he leído cuál era la tarea y que se trataba sobre reflexionar sobre las patentes, ha sido ir directamente en busca de su definición. Aunque sí conocía más o menos qué es una patente, realmente he querido asegurarme de la definición oficial y de qué puede ser patentable o no. Al buscar esta información más básica, he visto cuales son realmente las diferencias entre patentes, marcas o por ejemplo nombres comerciales. Por lo tanto, quiero plasmar en esta entrada lo que según la Oficina Española de Patentes y Marcas constituye una patente "protegen invenciones consistentes en productos y procedimientos susceptibles de reproducción y reiteración con fines industriales"
Mi primera sensación al leer información sobre las patentes era que patentar algo en España es muy complicado, pues cumplir los requisitos de que tu invención sea patentable y además, patentar algo que aún no esté patentado podría llegar a ser muy difícil. Además, el hecho de que los inventores de una determinada patente tengan derechos únicos sobre ella durante 20 años me parecía algo bastante significativo. ¿Nadie más puede probar mejoras sobre ese producto? Por lo que he leído, este es uno de los hándicaps que se les atribuye a las patentes, el hecho de que la ciencia puede evolucionar más despacio ya que los derechos de una patente hacen que otra persona no pueda investigar sobre ese producto o procedimiento.
Por ello, para ver cifras reales, he acudido a la sección de estadísticas de la página Web de la Oficina Española de Patentes y Marcas. Las siguientes tablas recogen los datos sobre solicitudes de patentes y concesiones en España en 2016.
Mi primera sensación al leer información sobre las patentes era que patentar algo en España es muy complicado, pues cumplir los requisitos de que tu invención sea patentable y además, patentar algo que aún no esté patentado podría llegar a ser muy difícil. Además, el hecho de que los inventores de una determinada patente tengan derechos únicos sobre ella durante 20 años me parecía algo bastante significativo. ¿Nadie más puede probar mejoras sobre ese producto? Por lo que he leído, este es uno de los hándicaps que se les atribuye a las patentes, el hecho de que la ciencia puede evolucionar más despacio ya que los derechos de una patente hacen que otra persona no pueda investigar sobre ese producto o procedimiento.
Por ello, para ver cifras reales, he acudido a la sección de estadísticas de la página Web de la Oficina Española de Patentes y Marcas. Las siguientes tablas recogen los datos sobre solicitudes de patentes y concesiones en España en 2016.
Los datos han cambiado mi percepción sobre la dificultad de crear una patente en España. Como he dicho, a priori después de leer alguna lectura creía que el número de patentes concedidas respecto a las solicitadas sería mucho menor. Sin embargo, vemos que el 77% de las solicitudes se conceden, una cifra a mi parecer bastante elevada.
Por lo tanto, creo que sí merece la pena intentar patentar una invención. Creo que si consigues patentar algo no debe acabar ahí, y una buena praxis sería seguir investigando y avanzando sobre tu patente para seguir aportando a la Ciencia. Si patentas algo y acabas ahí, va en detrimento al avance tecnológico. Por lo tanto, es clave hacer un buen uso de tener una patente y no entrar en lo que incluso en mi forma de ver podría ser una forma de "mala praxis" para la ciencia, patentar algo para que el resto no pueda utilizar y evitar unos avances en un campo que puede dar muchos mas pasos.
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